Desde hace unos años, la guindilla o piparra es una apuesta segura en el huerto. Encurtida con vinagre y sal es perfecta para acompañar platos de alubias y garbanzos y sobre todo para preparar el pincho vasco por excelencia, las gildas.
Aunque la simiente que usamos en el huerto es la de la piparra, ni el suelo ni el clima es el mismo que se da en ciertas zonas del País Vasco donde se elabora la auténtica “guindilla de Ibarra”. Aun así están deliciosas y no solo en vinagre como las que vamos a ver en la receta, sino también a la plancha con sal en escamas o incluso me encanta el sabor directamente de la planta, eso sí, con su tamaño justo, que según dicen los entendidos debe ser de 8 centímetros, y la verdad es que si se hacen más grandes de 10 o 12 centímetros, su sabor no es tan delicado y aumenta su picor, muy sutil y en su punto en ese tamaño de unos 8 centímetros.
INGREDIENTES
- guindillas piparras de unos 8-10 cm
- vinagre de vino o de manzana
- agua
- sal
PREPARACIÓN
- Una vez que tenemos las piparras frescas, vamos a lavarlas de posibles impurezas en un bol con agua fría. También os recomiendo esterilizar los botes que vayamos a usar, en este caso sumergidos en agua hirviendo durante 10 minutos.
- Seleccionamos las guindillas por su tamaño, para embotar las que sean de un tamaño similar.
- Preparamos la proporción de vinagre y agua al 50%, para lo cual uso un vaso medidor (el que viene con la batidora). Sobre una proporción de 100 ml de vinagre y 100 ml de agua añadimos una cucharadita rasa de sal y disolvemos.
- Colocamos las guindillas en los botes procurando ocupar el mayor espacio posible y cubrimos bien con la mezcla de vinagre y agua (si es necesario añadimos un poco más de vinagre y agua, o si son varios botes, hacemos más cantidad de mezcla). Tapamos bien los botes.
- En unas semanas vemos cómo cambia el color de la guindilla, no obstante para que podamos degustarlas han de pasar al menos 3 meses.
Con las que no entren en el bote podéis comerlas a la plancha con una pizca de aceite de oliva virgen extra y sal en escamas, están deliciosas. Pero si son un poco grandes (como me pasó a mi, que usé las que eran grandes para encurtir) el picor va aumentando. Esta media docena de la foto me dejó la lengua ardiendo durante un rato 😀