El fin de semana tiene dos opciones para un cocinillas: o aprovechar el mayor tiempo libre y currarse una receta elaborada, o hacer algo más bien sencillito y aprovechar el tiempo libre a otros quehaceres.
Hoy me dado por la segunda opción.
Con estos canelones sin embargo, que no tienen ningún misterio, seguro que quedas fenomenal en una merienda-cena, pues no dejan de ser una versión del clásico sandwich de jamón y queso que gusta a todo el mundo, pero en guay.
Y lo mejor, lo puedes dejar hecho y calentar a última hora para gratinarlo.
INGREDIENTES
- 12 placas de pasta para canelones
- 12 lonchas de jamón york para sandwich
- 12 lonchas de queso gouda
- 100 grs de queso rallado
- 2 tomates hermosos
- aceite de oliva
- salsa besamel (aceite de oliva, harina, leche y sal)
- orégano
- sal
PREPARACIÓN
- En una cazuela con abundante agua hirviendo y sal, vamos introduciendo las placas de canelones uno a uno. Añadimos un chorrito de aceite para ayudar a que no se peguen y dejamos hervir unos 12 minutos (según ponga en el paquete de la pasta).
- En una fuente para horno manchamos con unas gotas de aceite de oliva y colocamos encima rodajas de tomate finas, de 2 ó 3 mm de grosor, y espolvoreamos con orégano y un poco de sal.
- Por otro lado, habremos escurrido las placas de canelones y enrollamos con una loncha de jamón york y otra de queso (podemos recortar los sobrantes, pero como podéis ver, aquí lo hemos dejado).
- Una vez enrollados los colocamos sobre las rodajas de tomate en la placa o fuente para horno.
- Hacemos una salsa besamel y cubrimos los canelones.
- Igualmente cubrimos con el queso rallado.
- Introducimos al horno hasta que se gratine el queso.
Por dios…. tus canelones. Con tomate me encantaban… seguro que con besamel también estás de muerte!