Ahí va la clásica tarta de queso, esa que suele ir con salsa de frambuesa, o gelatina, o mermelada,… bueno pues en este caso con unos hilitos de miel. El adorno, que también da sabor a la tarta, le voy cambiando de vez en cuando, así se van probando diferentes opciones sobre la base de la tarta, que es muy sencilla y perfecta para hacer este fin de semana.
INGREDIENTES
- medio litro de nata
- 1 limón
- 4 huevos
- 1 tarrina de queso fresco (he usado una que pesa 225 grs)
- 125 grs de azúcar
- 30 grs de mantequilla
PREPARACIÓN
- En un cazo ponemos la nata con la cáscara del limón (sólo la cáscara) y la mantequilla y llevamos a ebullición durante 5 minutos, con cuidado que no se nos salga la nata al hervir, que nos deja la cocina con ese olor a leche quemada… bueno si ya os pasado sabéis lo que es.
- Por otro lado en un bol amplio batimos los huevos junto con el azúcar, de manera que quede cremoso.
- Añadimos el queso fresco y mezclamos bien (quedarán como grumos del queso)
- Vamos vertiendo la nata a la que hemos quitado la cáscara de limón y seguimos mezclando con las varillas.
- Para terminar de mezclar y que desaparezcan esos grumos del queso, lo batimos bien con la batidora.
- En un molde engrasado (si es de silicona no hace falta) echamos el contenido que hemos batido y horneamos a 170º durante 35 minutos a altura media-baja.
- Por último decoramos con unos hilitos de miel.
Antes de batir, suelo dejar un trocito de la cáscara de limón y lo bato conjuntamente, le da un toquecillo mayor de limón.