Las fiestas navideñas son unos días de mucho comer, porque la verdad cuando queremos celebrar algo, la mejor manera que encontramos es brindando a nuestros invitados lo mejorcito que tegamos de comer y beber, y en cantidad. Que se vayan como quieran pero no con hambre 😉
Y resulta que acaba la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, así cena y comida de seguido, y nos encontramos a la semana justa con la misma historia, en ese caso cena de Nochevieja y comida del Día de Año Nuevo. Y espérate que luego vienen los Reyes. Si es que esto es un no parar.
Así que como estaremos pensando qué poner de comer y/o cenar (o ya lo tedremos pensado) os sugiero que seáis elegantes con unos buenos entrantes, que como además es lo primero y se tiene hambre, si los haces ricos no se les van a olvidar a vuestros invitados. Y vais a quedar estupéndamente.
INGREDIENTES
- bacalao desalado en trocitos pequeños
- cebolla
- pimientos del piquillo
- gulas
- aceite de oliva virgen extra
- 2 dientes de ajo
- pan para cortar rebanadas
PREPARACIÓN
- En una sartén con un chorrito de aceite de oliva vamos rehogando muy lentamente la cebolla cortada en juliana, es decir en tiras, de manera que se vaya caramelizando. Hay que hacer muy lentamente y no necesitamos tamoco añadir azúcar, simplemente que la cebolla vaya soltando poco a poco su propio azúcar. No he puesto cantidades porque depende de cuántas tostas se quieran hacer, pero al menos 1 cebolla por cada 8-10 tostas.
- Una vez que finalicemos con la cebolla, retiramos y en la misma sartén vamos a rehogar un par de minutos los pimientos del piquillo cortados en tiras. Reservamos igualmente.
- Mientras tanto, en otra sartén con aceite de oliva virgen extra, a temperatura media-baja, vamos a freir los trozos de balacao. La temperatura ha de ser baja para que se haga lentamente y suelte su propia gelatina (los trozos no han de ser gruesos, y con 1-2 minutos por cada lado será suficiente).
- Retiramos el bacalao y dejamos templar el aceite.
- En un plato vamos añadiendo en un chorrito fino ese aceite, moviendo en el mismo plato con una cuchara mediante movimientos circulares para que se forme el pil-pil. Si nos ayudamos con un colador en lugar de una cuchara nos costará menos, ya que con los agujeritos emulsiona mejor el aceite con la gelatina.
- Montamos la tosta con una rebanada de pan, a la que añadimos un poco de cebolla a punto de caramelizar, unas tiras de pimiento del piquillo, un par de trocitos de bacalao y unas gulas. Decoramos un poquito de la salsa pil-pil.
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Muy buena pinta para unos entrantes