Extraordinarias!! Me encanta el queso, eso es cierto, pero es que estas galletas saladas de queso son para empezar y no saber cuándo hay que terminar… bueno sí lo sabes, cuando no hay más galletas.

Es un aperitivo muy curioso y agradecido, que si lo sacas en casa en la sobremesa o a media tarde te garantizo el éxito. Obviamente a quien no le guste el queso… pues no, eso que se pierde.

Puedes utilizar el queso que más te guste, el sabor variará de un queso a otro, si es más o menos curado. En el caso de las galletas de la foto utilicé el que viene en las bolsas de «cuatro quesos», por ver cómo quedaba, y el resultado es el que veis, con los trocitos de queso tostados por la superficie. Si quieres una apariencia más lisa puedes usar queso en polvo, y algo que no falla jamás es rallar en el momento tu queso favorito, no hay duda.

Una recomendación, haz galletitas de queso pequeñas, finas, es mejor y más rico comer tres o cuatro pequeñas que no una grande.

INGREDIENTES

• 250 grs de harina
• 120 grs de queso rallado
• 1 huevo
• 150 grs de mantequilla
• 1 cucharada de leche
• 1 cucharada de orégano
• 5 grs de levadura química
• sal

PREPARACIÓN

1. En un bol mezclamos con las manos la mantequilla en pomada con el queso rallado, el huevo, la cucharada de leche y una pizca de sal. Añadimos el orégano.
   
2. Añadimos la harina tamizada junto con los 5 grs de levadura o impulsor (una cucharadita aproximadamente) y mezclamos el conjunto hasta formar una bola, que dejamos reposar en papel film durante media hora en el frigorífico.
   
3. Con un rodillo estiramos la masa hasta conseguir una plancha fina de masa (existen rodillos con unas guías que lo facilitan)
4. Con un cortapastas hacemos las formas de las galletas, que colocaremos en una bandeja de horno con papel antiadherente especial.
   
5. Horneamos a 170º durante 8-10 minutos, hasta que estén las galletas doradas (el tiempo dependerá de cada horno y sobre todo del grosor de las galletas)
6. Dejamos enfriar sobre una rejilla y listas para comer.