A estas pastas las llamaría «de almendra, sin azúcar, sin gluten pero con un sabor extraordinario», y no estaría diciendo nada más que la verdad.
La anterior receta fue otra versión de las pastas de almendra, que personalmente me recordaba más a las que mi abuela podía hacer cuando era niño. Ahora he querido devolver el favor y he hecho estas otras pastas de almendra, diferente versión, pero seguro que es la que a mucha gente le trae esos buenos recuerdos.
La versión original de estas pastas o almendrados únicamente lleva almendra molida, azúcar y clara de huevo, opcionalmente ralladura de limón y/o canela. En este caso he sustituido el azúcar por Stevia, y claro está, como no lleva ningún tipo de harina, es también libre de gluten.
El sabor final es extraordinario, un bocado de almendra delicioso. ¿Cuál me gusta más, la otra versión de las pastas de almendra o esta? Realmente no tengo respuesta, las dos me han encantado, y es más, seguro que una versión intermedia de ambas también es una buena opción. No te quedes sin probarlo, y por supuesto elige la receta que más te guste.
INGREDIENTES
- 175 grs de almendra molida
- 3 claras de huevo
- 24 grs de Stevia (equivalente a 120 grs de azúcar)
- ralladura de un limón
- pizca de sal
- almendras enteras crudas
PREPARACIÓN
- Primeramente vamos a montar las claras con una pizca de sal (montan mejor) hasta que estén bien duras y no se caigan al dar la vuelta al bol. Mientras, ponemos el horno a calentar a 180º.
- Añadimos la ralladura de limón.
- Por otro lado unimos la almendra molida con la Stevia (o el azúcar) e integramos a las claras con una lengua de silicona haciendo movimientos envolventes, de manera que se mantenga lo más aireada posible la mezcla.
- Con ayuda de una manga pastelera hacemos montoncitos de masa en una bandeja con papel de horno. Colocamos una almendra entera y cruda sobre cada montoncito.
- Horneamos durante 12-15 minutos, hasta que se doren.
- Dejamos enfriar totalmente sobre una rejilla.
Os recomiendo no hacer pastas muy grandes, más bien de bocado. Claro, que también estoy seguro que no comes solamente una.
¡Qué buena pinta tienen! 🙂