La primavera nos trae muchísimas cosas y entre ellas las anchoas, frescas y plateadas en las pescaderías. Una buena anchoa del Cantábrico es un manjar.
La propuesta de hoy es en forma de tapa, de entrante, para cenar,… como queráis porque está riquísima. Va la anchoa acompañada de una piparra en conserva, aprovechando que tenía un bote de la temporada anterior. Otro día os hablaré de las piparras, esta guindilla maravillosa, prácticamente sin picor y tan apreciada principalmente en la gastronomía vasca.
Es una receta más que sencilla que se basa en la calidad de sus ingredientes. La anchoa va rebozada, simplemente así ya me comería mil, y el contraste con la piparra hace de esta tapa una de las que te gustará repetir.
Con un vasito de vino blanco es perfecta para una mañana de domingo… en fin vamos a ver lo fácil que es esta receta.
INGREDIENTES
- anchoas
- piparras en conserva
- rebanadas de pan baguette
- harina
- huevo
- aceite de oliva virgen extra
- sal
PREPARACIÓN
- Lo primero que vamos a hacer es limpiar las anchoas, quitando cabeza, tripas y la espina central, abriéndolas como un librito
- No te preocupes si has comprado de más, en este momento puedes congelar las anchoas y estarán perfectas para una siguiente receta, de hecho yo siempre compro más para congelar y hacer en otro momento en vinagre y aceite, los clásicos boquerones.
- Salamos y hacemos el rebozado: harina, huevo y freímos a fuego no muy alto para que no se nos sequen demasiado, que queden jugosas. Os recomiendo usar aceite de oliva virgen extra, vuestro paladar os lo va a agradecer.
- Retiramos a un plato con un papel de cocina absorvente y solo nos queda montar la tapa con rebanadas de pan (que puedes tostar ligeramente), una anchoa recién rebozada y una piparra en conserva.