Hemos visto en los mercados durante el otoño esta peculiar fruta: el membrillo. Digo peculiar porque con ella se hace un dulce o carne de membrillo realmente rico (también se puede hacer en almibar, os lo recomiendo), sin embargo no intentes probar el membrillo así, tal cual; su carne es muy dura y agria, por eso hay que endulzarlo un poquito.
Es una fruta muy aromática, y si tienes en casa unos cuantos lo notarás por lo bien que huele la habitación donde estén.
El dulce de membrillo se puede comer con lo que se quiera («pa» gustos) pero un clásico es con queso. Delicioso.
INGREDIENTES
- 1 kg de membrillos
- 700 grs de azúcar
PREPARACIÓN
- Lavamos los membrillos y troceamos sin pelar en una cazuela grande. Cubrimos bien con el azúcar (700 grs por cada kilo de membrillos) y dejamos unas 12 horas. De esta manera van a soltar ellos su propia agua y no será necesario añadir agua. Es importante cubrir bien con el azúcar para evitar que se oxiden demasiado.
- Transcurrido ese tiempo, el membrillo habrá soltado bastante líquido, por lo que no es necesario añadir agua. Ponemos al fuego y cocemos durante unos 20 minutos, hasta que esté blando el membrillo.
- Pasamos por el pasapuré la carne del membrillo para eliminar la piel y que quede más fino.
- Ahora viene el paso más engorroso, en el que hay que seguir cociendo hasta que espese, dando vueltas continuamente con una cuchara de madera para evitar que se pegue. Hay que tener mucho cuidado mientras se está dando vueltas para que espese porque el membrillo hierve y si nos salta a la mano o el brazo seguro que nos provoca una quemadura dolorosa, así que conviene cubrirse con un paño.
- Una manera de saber cuándo está lo suficientemente espeso, es cuando la cuchara se queda vertical sin sujetarla. Dejamos templar y vertemos en los moldes.
Qué buena pinta! Me encanta!!
Gracias!! El casero está más rico que el comprado, para qué nos vamos a engañar… jeje ;))