Un guiso en toda regla, sin engaños. Te vale para un diario y para un domingo, porque si ya está rico de por sí el guiso de patatas con costillas o de patatas con níscalos, que ya hemos visto hace tiempo, imagínate si lo juntamos. El requeteguiso.
Vale que llega el buen tiempo primaveral y empiezan a apetecer las ensaladas y cosas más ligeras, pero sinceramente, aún nos quedan días frescos (depende de dónde vivas, claro, pero por mi zona aún queda, aún). Además, un guiso hecho con cariño apetece siempre. Bastantes marranadas comemos ya como para decir que no a un buen plato. Vivan los guisos!!
En este caso los níscalos le dan ese punto realmente delicioso y que combinan a la perfección con las costillas adobadas y la patata. No es época de níscalos, ya lo sé, pero tenía un bote en conserva de cuando sí lo fue (por otoño) y en el armario no hacía más que ocupar sitio, así que… a la cazuela, que es donde más se disfruta. A ver si me acuerdo para el próximo otoño de publicar la conserva de los níscalos.
Os dejo la receta, sencillísima, sin alardes de nada y os invito a probar con otro tipo de seta, el resultado va a ser igualmente excepcional.
INGREDIENTES
- 1 kg de patatas
- 1 kg de costilla adobada
- 250 grs de níscalos
- 1 cebolla hermosa
- 2 dientes de ajo
- 2 tomates maduros
- 1/2 vasito de vino blanco añejo
- agua
- sal
- aceite de oliva
PREPARACIÓN
- En una olla o cazuela vamos a pochar la cebolla bien picadita, en brunoise, con unas tres cucharadas de aceite de oliva. Dejamos a fuego medio-alto con un poco de sal hasta que empiece a dorarse. Mientras, cortamos las costillas (separamos de una en una del costillar).
- Añadimos a la cazuela las costillas y dejamos 5 minutos más, que se vaya sellando la carne.
- Mientras, lavamos los tomates, quitamos la piel y troceamos en cuadraditos. También podéis usar tomate entero en conserva.
- Cuando la carne ha cambiado de color y se empieza a agarrar al fondo de la cazuela añadimos el vino blanco, dejamos un minuto que evapore el alcohol y añadimos el tomate. Rehogamos un par de minutos más.
- Cubrimos con agua y dejamos cocer 45 minutos.
- Pasado ese tiempo añadimos las patatas cortadas que «chasquen» para que absorvan bien el sabor del guiso. Añadimos sal (en la costilla no hemos añadido porque el adobo ya lleva sal) y dejamos cocinar 30 minutos más.
- Mientras, lavamos y troceamos los níscalos (lo hemos podido hacer anteriormente), y en una sartén con un chorrín de aceite de oliva y dos dientes de ajo en cuadraditos sofreímos a fuego medio-fuerte durante 5 minutos. Primero sólo el ajo, y cuando empiece a bailar sin que tome color añadimos los níscalos. Incorporamos al guiso 10 minutos antes de que estén hechas las patatas, para que se cocine el conjunto.
- Fundamental dejar un tiempo de reposo, es de los guisos que van mejorando ya que se integran el sabor de la patata, la costilla adobada y el níscalo.
Yo la hice salió rica
Un guiso de los mejores, cierto. Muchas gracias!!