Aquí tenemos una receta perfecta para el verano, para preparar y disfrutar en compañía. No es una fideuá al uso, obviamente tampoco es una paella, pero el grado de disfrute es similar.
Es de estas recetas que si encuentras unos buenos calamares en la pescadería y te curras un buen sofrito, lo tienes hecho, con un par de langostinos y el toque diría que imprescindible de un ali-óli, y lo has «bordao».
De verdad, una auténtica delicia y sin muchas pretensiones, que como os cuento a continuación, no me he complicado la vida en ello. Y me ha encantado.
INGREDIENTES
(para 4 personas)
- 3 ó 4 calamares medianos
- 12 langostinos crudos
- 320 grs de fideo (he elegido un tamaño intermedio)
- 1 cebolleta
- 1 puerro
- 1 pimiento entre rojo y verde
- 2 dientes de ajo
- 1 y 1/2 cucharada de concentrado de tomate
- 1 litro de caldo de pescado (he usado de brick)
- 1/2 vasito de vino blanco
- aceite de oliva virgen extra
- sal
- ali-óli (mayonesa de bote, ajo, perejil)
PREPARACIÓN
- En una paellera o una cazuela ancha y baja vamos a marcar, con un chorro de aceite de oliva, los langostinos pelados. No los vamos a cocinar completamente, sólo marcarlos pero que estén crudos en su interior. Retiramos y reservamos.
- En ese mismo aceite, ponemos el ajo bien picado. Cuando empiece a bailar pero sin que llegue a dorarse, añadimos la cebolleta y el pimiento picado y salamos ligeramente.
- Cuando la verdura empiece a estar blandita añadimos el puerro también picado muy fino.
- Mientras se rehoga el conjunto, limpiamos y troceamos los calamares. Depende del tamaño calcula las unidades de calamar. Si son grandes, con un par será suficiente.
- Cuando esté el sofrito casi listo, añadimos el concentrado de tomate. Si no tenemos concentrado de tomate, añadimos el doble de salsa de tomate. Rehogamos un par de minutos más.
- Añadimos al conjunto los calamares troceados y cocinamos para hacer el calamar, que dependerá de su tamaño en el tiempo. Vertemos el vino blanco, que nos servirá para evitar que se pegue el sofrito a la paellera o cazuela.
- Cuando evapore el vino añadimos los fideos, en este caso he usado un tamaño intermedio, ni el fideo cabellín del nº 0 ni el grueso, pero esto es a gustos. Los fideos debemos mantenerlos hasta que se empiecen a dorar, sin miedo a que se peguen, pues el sabor será más interesante.
- Añadimos por último el caldo, aproximadamente el doble caldo que de pasta (que tenemos caliente, así no rompe la cocción) y mantenemos el tiempo que nos indique el fabricante en el paquete. Ha de quedar prácticamente seco, por lo que podemos jugar con la cantidad de caldo, no añadiendo todo desde el principio e ir añadiendo según nos pida.
- Cuando queden 2 minutos para terminar añadimos los langostinos que habíamos reservado para que se terminen de cocinar.
- Por último hacemos el ali-óli, que en verano, para no hacerlo con huevos frescos, uso mayonesa de bote. Es muy sencillo, en un bol machacamos un diente de ajo sin la parte central, bien machacado. Añadimos la mayonesa al gusto y un pellizco de perejil fresco picado. Removemos con una cucharita para que se integre todo bien y ya está. Mucho mejor que los ali-óli comprados, este es semi-comprado, pero muy resultón.
- Lo ideal es añadir un par de cucharadas de ali-óli al conjunto y remover, pero también se puede poner a parte y cada cual que añada al gusto, pero os recomiendo mezclarlo con los fideos, no os va a defraudar.