Las shortbread son unas galletas muy populares en Escocia y pueden llegar a ser las mejores galletas de mantequilla que hayas probado en tu vida. Ahí os dejo eso.

Tenía pendiente esta receta desde hacía tiempo porque me enamoré de su sencillez y resultado desde el principio. Además han sido las protagonistas de un ejercicio de speaking que tenía que hacer en clase de inglés. En plan show cooking he ido explicando cómo se hacen las shortbread y luego, obviamente las degustamos. Tengo que suplir con dulces mis carencias del idioma 🙂 Por cierto, si queréis aquí tengo la receta de las shortbread in English.

La sencillez de estas galletas está en que sólo usan 3 ingredientes (azúcar, mantequilla y harina, o sea no lleva huevo), siguiendo la regla de 1 parte de azúcar, 2 de mantequilla y 3 de harina (aunque en la harina uso de trigo y de maíz o de arroz). El color blanquecino de las shortbread se debe a una temperatura más baja de lo habitual y mayor tiempo en su cocción. Estos dos detalles marcan la diferencia con otras galletas de mantequilla y lo básico y principal para todas las recetas, cuanto mejor sean los ingredientes mejor será el resultado.

Estas que os presento son las shortbread fingers, porque tienen esa forma alargada, también las hay rounds o petticoat tails, luego os hablo de ellas. Por supuesto, siempre hay variedades, como añadir chips de chocolate o incorporar algún aroma a la mezcla, pero qué queréis que os diga, me quedo con las clásicas.

No dejéis de probar esta galleta, son una pasada.

INGREDIENTES

• 100 grs de azúcar glass
• 200 grs de mantequilla
• 300 grs de harina (de los cuales 200 grs de trigo y 100 grs de maíz, o de arroz)
• una pizca de sal

PREPARACIÓN

1. En un bol añadimos la mantequilla en pomada y el azúcar y mezclamos bien con unas varillas hasta que blanquee un poco y se haga una crema de mantequilla dulce (que está ya de por sí que te mueres de rica, intenta evitar comértela y continuar con la receta).
2. Mezclamos las dos harinas, tamizamos y añadimos a la crema de mantequilla junto con una pizca de sal, que potenciará el sabor.
3. Mezclamos con las manos hasta que esté unido, no es necesario amasar, simplemente que se unan los ingredientes (si la masa está muy seca y no se une, lávate las manos con agua y sin secarte vuelve trabajar la masa, con ese pequeño aporte de líquido suele bastar).
4. Entre dos papeles de horno, estiramos la masa con un grosor de 1 cm (si tenéis un rodillo con topes pues más fácil, si no pues a ojo).
5. Cortamos la masa en rectángulos (al hornearlo se va a volver a unir) para que nos quede marcada la forma de la futura galleta y con un tenedor hacemos las marcas características de estas galletas, que además evitará que se creen burbujitas al calentarse la mantequilla.
6. Con el horno precalentado a 150 ºC horneamos las shortbread durante 35-40 minutos, hasta que se empiecen a dorar ligeramente.
7. Sacamos del horno y cortamos por las líneas marcadas para separar las galletas. En este momento aún son muy frágiles y quebradizas, por lo que esperamos a que se enfríen para manipularlas.

Estas galletas que hemos hecho son las shortbread fingers, si queréis hacer las shortbread rounds (las mismas pero en redondo) pues usaremos un cortapastas redondo y si son las petticoat tails, pondremos la masa en un molde de tarta circular y una vez horneado cortamos en porciones, como quesitos. Al final, la masa es la misma pero recibe diferentes nombres según la forma que demos a la galleta.